El mundo de la comunicación digital siempre está en constante evolución, a la luz de los avances en la tecnología que evoluciona los canales y los formatos.
Esta continua renovación y surgimiento de nuevas formas de entender los negocios digitales nos aporta nuevas soluciones para mejorar las ventas o el posicionamiento de marca en la mente de los clientes
Hoy nos detendremos en las estrategias de branding que han evolucionado, incluyendo la perspectiva de resultados en su formulación. De esta manera nace el término Brandformance por el que toda estrategia de traslación de los valores de marca también tiene un efecto directo. Esta evolución radica en que habitualmente, las estrategias de branding se vienen trabajando para obtener resultados más a largo plazo. Ahora, se toma conciencia de que apoyar las estrategias comerciales directas, con valores de marca mejoran su éxito.
Estrategias de negocio que aúnan branding y performance
Así es como surge el Brandformance en el ámbito de branding digital, en el que una estrategia siempre debe estar enfocada a un objetivo de negocio medible, contando con indicadores que ayuden a analizar el éxito de los resultados.
Para entender este término, es importante tener claras las ideas de las que parte. Por un lado, está el branding o digital branding, conocido como ese proceso en el que se construye y gestiona una marca. El reconocimiento y posicionamiento de una marca siempre han sido una prioridad en cualquier negocio como forma de diferenciarse y crear un vínculo con su comunidad de usuarios.
Trabajar el branding implica gestionar muchos temas, desde crear una filosofía de marca que se extienda a todos los departamentos, a las estrategias de promoción, relaciones públicas o el servicio al cliente.
Por su parte, el performance es un pilar en el mundo del marketing, centrado en la medición de resultados y la mejora de las conversiones, ya se traten de ventas o de cualquier otro objetivo fijado.
De la unión de ambas surge el Brandformance y no es más que la evolución natural del marketing digital y esa necesidad de tener en cuenta que cualquier estrategia, en este caso de branding, tiene su impacto directo en los resultados.
Por tanto, es la manera sólida de asentar que el trabajo en la creación y comunicación de marca también debe responder a unos objetivos medibles y se deben cuantificar los resultados que consiguen estas acciones centradas en el branding.
Porque a día de hoy, ¿quién tiene argumentos para cuestionar que la creación y desarrollo del branding no afecta directamente a las ventas y a la fidelización del cliente?
¿Qué se debe de tener en cuenta para trabajar el Brand Performance?
En el tradicional marketing digital performance residen las claves para saber cuáles son los puntos que deben configurar cualquier estrategia de branding:
Los datos son la base para tomar decisiones
Ya no cabe duda que toda acción es medible y que es la mejor manera de obtener información y analizar resultados, valorando tanto los datos cuantitativos como los cualitativos.
Los datos son el reflejo del comportamiento del usuario, de lo que se está haciendo bien y de lo que se puede mejorar, por lo que deben ser el ingrediente estrella para proponer cualquier idea o solución relacionada con el digital branding y el proceso de marca.
Por ejemplo, el Net Promote Score puede ser un dato clave para saber cuántos de nuestros usuarios se pueden consideran evangelizadores o detractores de nuestra marca, a qué se debe y qué acciones pueden ayudar a mejorar estos indicadores.
Las estrategias de marketing siempre buscan obtener beneficios
Y para ello buscan la mejor manera de optimizar las tasas de conversión, ya se basen en aumentar ventas, tráfico o la captación de leads.
Medir el ROI de una campaña es un buen comienzo para cuantificar qué se obtiene de cada inversión destinada a una mejor percepción de marca o a aumentar la presencia de la marca en medios digitales.
La mejora continua de estos resultados de conversión hace necesario introducir la metodología CRO, como forma de experimentar y validar la mejor solución estratégica para obtener mayor rentabilidad de las inversiones en branding digital.
Un ejemplo de cómo Brand y Performance trabajan juntos se pueden ver en acciones recientes, como la decisión de BBVA de cambiar su logo con el objetivo de unificar su marca a nivel global y ofrecer una experiencia de usuario homogénea, fruto todo esto de su asentamiento como uno de los bancos digitales referentes.
En este caso, la renovación de la identidad corporativa y sus cambios tipográficos van de la mano de una nueva forma de transmitir su mensaje de marca, basándose en su lema de “Creando oportunidades”, muy acorde a una empresa financiera con presencia digital global que busca hacerse un hueco entre nuevas generaciones y contextos de negocio innovadores.
Lo que está claro es que, a pesar de los defensores y detractores del cambio, no es de extrañar que esta renovación de marca está orientada a objetivos de performance. Tu empresa también puede conseguir aunar branding y performance en su visión de negocio, llámame y hablamos 😉
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